jueves, 31 de octubre de 2013

Cancer de mama

El cáncer de mama constituye la tercera parte de todos los cánceres en las mujeres, y ocupa el segundo lugar en relación con el cáncer pulmonar como causa principal de defunciones por cáncer en el sexo femenino, observándose un aumento progresivo en todos los países del mundo, a excepción de Japón .  Pese al aumento de incidencia, la mortalidad que ocasiona tiende a disminuir.
Se consideran metástasis los tumores que anidan en la órbita, generalmente por vía hematógena, y tienen su origen fuera de ella. Así, las áreas más vascularizadas como la coroides, los músculos y el cono orbitario, son las más afectadas. Concretamente, en los carcinomas de mama, es la grasa el tejido más afectado. Más del 75% de las metástasis orbitarias, ya tienen historia de carcinoma en otros órganos, siendo sólo en un 25% la primera manifestación de una enfermedad general. Al estudiar los pacientes el 65-70% ya tienen como mínimo otro órgano afectado. 


Caso clínico:
Mujer de 61 años con proptosis progresiva en ojo izquierdo (OI) e infiltración palpebral dolorosa, caliente y de consistencia dura, con limitación de la mirada vertical en los últimos dos meses.
Como antecedentes, refería carcinoma mixto ductal lobulillar infiltrante multifocal y multicéntrico (carcinoma escirro, T4 N3 M0) de la mama izquierda siete años antes, por lo que fue sometida a mastectomía radical modificada tipo Madden, disección axilar, y cuatro ciclos de quimioterapia (Epirrubicina 75 mg/m2), tras los cuales remitió la enfermedad no encontrándose restos de la misma en estudios de extensión.
La agudeza visual era 7/10 con ambos ojos, cataratas nucleares +, presión intraocular OI de 24 mmHg y ojo derecho 14 mmHg. Fondo de ojo normal en ambos ojos. Presentaba un exoftalmos unilateral de 5 mm en OI.
La tomografía axial computerizada mostró un aumento de densidad difusa de partes blandas, afectación de pared ósea, que desplazaba el nervio óptico y el globo ocular. La lesión se realzaba tras la administración de contraste.
 En la gammagrafía ósea con Tecnecio 99 se observaron múltiples metástasis por acúmulo de radiotrazador en calota, raquis, parrilla costal, húmeros y pelvis. Ante el mal estado general de la paciente rehusó la realización de una biopsia diagnóstica.
 La paciente inició tratamiento con quimioterapia, tres ciclos de Taxotere 100 mg/m2, un ciclo de Mitoxantrone 12 mg/m2 y dos ciclos de Vinorelbina 25 mg/m2, y esteroides (6-metil-prednisolona) (1 mg/m2) con el fin de reducir el edema y la congestión orbitaria. Pese al tratamiento, la paciente falleció dos meses más tarde.
Discusión:
 
El cáncer de mama en la mujer y el de pulmón en el varón son las neoplasias que con más frecuencia producen metástasis orbitarias. De todas las metástasis, el 59% son de localización extraconal, 19% son intraconales y 19% son a la vez extraconal e intraconal. El tumor de mama es el responsable del 51% de las metástasis orbitaria, pudiendo transcurrir largos períodos de tiempo, entre 3 meses y 27 años, con un promedio de 6 años, entre diagnóstico de la enfermedad primaria, y la aparición de metástasis. Las células cancerosas del cáncer de mama, tienen especial afinidad por la órbita, a la cual llegan vía hematógena o por la infiltración carcinomatosa de la base de cráneo. Pueden manifestarse como afectación difusa, agrandamiento de músculos o afectación ósea.
Las metástasis orbitarias suelen ocurrir a edades más avanzadas que los cuadros inflamatorios de la órbita, como en este caso.
Los síntomas por orden de frecuencia son: limitación de la motilidad, proptosis, masa palpable, visión borrosa, dolor, tumor visible y diplopía (3). El cuadro clínico es una masa infiltrativa de crecimiento rápido que origina proptosis. En otras ocasiones, un componente cicatricial o fibroso orbitario, como los carcinomas escirrosos de mama y gastrointestinales, provocan enoftalmos. Así, un enoftalmos lentamente progresivo, con reducción de motilidad, es casi patognomónico de metástasis de carcinoma escirro de mama (4). Es frecuente que en la evolución aparezca edema y tumefacción de párpados hasta en un 50%. En otras ocasiones, las metástasis anidan sobre la coroides debido a su gran vascularización, llegando a ser considerados los tumores intraoculares más frecuentes. En estos casos la disminución de AV suele ser el síntoma de alarma (5).
Lo reseñable del caso, es que, pese al avanzado estado de la enfermedad y habiendo sido controlada periódicamente, el primer signo de recidiva tumoral fue a nivel orbitario. También es indicativo el pobre pronóstico vital de estas pacientes una vez que existe la afectación ocular y/o orbitaria.
La TC y la resonancia magnética (RNM) sugieren el probable diagnóstico al observarse un aumento de densidad retroocular de partes blandas, que puede invadir y destruir el hueso. Es recomendable realizar un estudio de extensión con TC, RNM o gammagrafía ósea en toda paciente con antecedentes de cáncer de mama y exoftalmos, ya que la prevalencia de esta enfermedad puede ser infradiagnosticada, al estar la clínica dominante centrada en otros órganos. Se debe tener en cuenta que algunos autores describen una frecuencia de afectación orbitaria bilateral por cáncer de mama de un 20%.

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